Miguel Rodríguez Campos recibió un tercer premio en la XII edición del concurso de historia para jóvenes, por el trabajo “Transición Política en el mundo rural. La democratización de los ayuntamientos terrcampinos”, tutorizado por Jose Luis Rodríguez Fernández. También recibió un tercer premio en la XI edición, por el trabajo “Las ruinas de Santiago y nuestra historia colectiva. Patrimonio histórico e identidad cultural en Tierra de Campos.”

Mi trabajo Transición Política en el mundo rural” se ciñe a estudiar el proceso electoral de los comicios municipales de 1979 en el ámbito del partido judicial de Medina de Rioseco (Valladolid). Elegí este tema para la XII edición de Eustory por dos razones. Una de ellas es la vinculación familiar con este entorno rural, incrementada por la participación de mi abuelo en las primeras elecciones municipales de 1979. Y la otra, por continuar, de alguna manera, con el estudio de estos ámbitos rurales que inicié con la edición anterior de Eustory dedicada al patrimonio histórico.

Durante la elaboración de este trabajo pude hacerme una idea de la situación en la que se encontraba entonces el conjunto de pueblos que formaban el partido judicial. Particularmente la mella que ya había hecho en ellos el éxodo rural y que seguiría haciendo hasta la situación insostenible en la que se encuentran muchos de ellos en la actualidad. Las variaciones en el volumen de población tienen también su reflejo en el número de concejales que componen sus ayuntamientos.

A pesar de todo, en la década de los 70 estos núcleos rurales también participaron de las esperanzas que se abrían con la transición y, a pesar de la poca implantación que tenían en estas localidades los grandes partidos o coaliciones nacionales (a excepción de la propia UCD que gobernaba el país) canalizaron sus inquietudes políticas en muchos casos a través de candidaturas independientes que buscaban soluciones a los problemas concretos de cada localidad y que constituyen un hecho característico de estas primeras elecciones municipales.

La mayoritaria elección de las opciones políticas conservadoras reflejan los comportamientos de una sociedad compuesta principalmente por personas de edad avanzada, más ligadas a la tierra, que desconfían de lo que no conocen y a los que cuesta elegir opciones que rompan tajantemente con el pasado.  La mayoría de los partidos más progresistas no llegaron a tener más que una pequeña implantación en las cabeceras de comarca y de alguna manera los vecinos de estos pequeños núcleos de población también se veían un poco abandonados por estos partidos políticos en un momento en el que veían que sus pueblos iban despoblándose poco a poco a la vez que hacían grandes esfuerzos por dotarlos de infraestructuras y servicios.

Las elecciones municipales de 1979 completaron la renovación de cargos políticos de la transición española y en los siguientes comicios municipales de 1983 la apuesta por partidos más progresistas fue más clara. Sin embargo, tras cumplirse 40 años de esas primeras elecciones municipales democráticas, posiblemente habría que pararse a reflexionar si la política podía haber hecho algo más para frenar este proceso de “vaciado” que no ha parado de producirse en la España rural.