Jorge Fernández Gómez fue alumno ganador del 1er premio en la III edición de Eustory Iberia, y posteriormente participó como cotutor del trabajo ganador del 1er premio en la VIII edición. Cuenta su experiencia.
Hace ya más de diez años de mi participación en Eustory y todavía sigue en mi presente conformando, lo que considero, son parte de los cimientos de mi vida personal y profesional. Eustory y la Real Maestranza de Caballería de Ronda me han brindado en varias ocasiones la oportunidad única de acceder a marcos de convivencia, relaciones e intereses ni de lejos imaginados por un joven interesado en la historia.
En 2010 concurrí a la convocatoria ‘Héroes y heroínas locales’ tutorizado por mi padre -al que debo en parte mi interés por la historia, la investigación y mi dimensión más humanista- contando la historia del abuelo de mi madre en los convulsos tiempos de la Dictadura de Primo de Rivera y la Guerra Civil. Una experiencia de lo más enriquecedora, en la que disfruté poniendo patas arriba archivos parroquiales y municipales, recopilando testimonios familiares, fotografías, fuentes documentales y audiovisuales… con el fin de construir un relato que recuperara la memoria de aquellos años de claroscuros y cientos de historias anónimas que merecen ser contadas.
Años después participé como cotutor de un trabajo llevado a cabo por dos estudiantes sobre indianos, viajes a América, patrimonio y legado arquitectónico, experimentando en el formato a través de una doble línea de investigación: hechos fehacientes y hechos novelados, que también resultó premiado.
Queda patente que Eustory te enfrenta a situaciones de gran interés profesional a través del fomento de la curiosidad y las ganas de conocer y abriendo puertas a múltiples dimensiones e intereses, pero si tuviera que destacar qué supone la gran aportación personal de este concurso, sin duda tiene que ver con las experiencias posteriores que trae consigo en el ámbito europeo.
Los eventos temáticos y los foros de debate con distintas sedes en Europa tratando temas de interés comunitario (memoria histórica, memoria colectiva de la UE, consecuencias e intrahistorias de los recientes conflictos bélicos del siglo XX que han unido y fragmentado pueblos, etc.) suponen una apertura de miras y una experiencia inigualable que, definitivamente, cambió mi vida. Gracias a este premio pude conocer a jóvenes -actualmente grandes profesionales- de toda Europa con los que hoy mantengo el contacto, y que suponen una inmejorable red de contactos en los que darnos apoyo en nuestros respectivos sectores profesionales. Mención aparte merece el intercambio de idiomas, convivencia, lugares visitados, contacto con otras realidades y culturas… y la oportunidad para un joven de un pueblo de explorar el mundo más allá de nuestras fronteras.
No puedo sino trasladar mi agradecimiento y felicitaciones a la Real Maestranza de Caballería de Ronda, y a las personas que lo hacen posible, por apostar por este proyecto tan excepcional que sin duda repercutirá en el mañana.