María Gómez Bellido comparte con nosotros cómo fue la experiencia de investigación y por qué recomienda participar en EUSTORY.
Recuerdo fruncir el ceño la primera vez que leí, en la web del Concurso Eustory, que realizar una investigación histórica era una aventura. Ahora, meses después, no puedo evitar sonreír, rememorando todos aquellos momentos inolvidables que viví gracias a dicha investigación.
Antes siquiera de comenzar la elaboración del proyecto, tenía muy claras cuáles serían las conclusiones: quería dar a conocer el Patrimonio Histórico de mi localidad y, en especial, del Bien de Interés Cultural que poseemos desde hace siglos y que ha sido despreciado durante demasiado tiempo: el Castillo de Morón de la Frontera. Frente a su rica historia y su imponente localización, la villa siempre ha infravalorado este monumento; si subimos a su colina, encontraremos una fortificación acordonada por horribles vallas metálicas, decorado por grafitis y pintadas y rodeado de viviendas que, literalmente, le dan la espalda.
Para desarrollar el estudio, me vi obligada a salir de mi zona de confort, a hablar con personas adultas y sabias, sin conformarme con lo que creía conocer e intentando buscar algo más. Aunque al principio me resultó difícil y me sentía algo cohibida, acabé por disfrutar del saber que esta búsqueda me brindó. Jamás pensé que elaborar un proyecto de historia podría llegar a ser divertido. Aprendí mucho sobre mi pueblo y mis orígenes; y, sobre todo, a estimar ese Patrimonio que ignoramos inmerecidamente.
Jamás pensé que elaborar un proyecto de historia podría llegar a ser divertido.
Recomiendo participar en el Concurso Eustory a todos aquellos jóvenes inquietos y curiosos, a los que les interese la historia y, sobre todo, que estén dispuestos a poner todo de su parte, a cambiar su percepción del mundo y atreverse a investigar más allá de lo establecido. Es una oportunidad única de la que no se arrepentirán.
María Gómez Bellido obtuvo el tercer premio de la X edición de EUSTORY por su trabajo «El Castillo de Morón. Crónica de una destrucción». La alumna pertenecía al IES Fray Bartolomé de las Casas (Morón de la Frontera, Sevilla) y fue tutorizada por Dolores Bellido y José Ricardo Gómez.