Es increíble lo rápido que los días han pasado. La gente, las actividades, los momentos tan especiales que casi parecen mágicos, los recuerdos, las canciones, las historias… incluso los madrugones. Todo esto es más bien un cúmulo de experiencias tan geniales que se almacenan en tu mente junto a los sueños más especiales que has podido tener. Por muchas palabras preciosas y descripciones minuciosas que pudiera hacer de esta increíble y maravillosa experiencia no sería capaz de describir ni la millonésima parte. Ha sido una semana llena de emociones, gente estupenda, charlas enriquecedoras y testimonios de verdaderos sabios (los lugareños) que nos han regalado y compartido sus más íntimas experiencias y pensamientos. En este seminario no solo se habla de historia, se vive. La convivencia con otras culturas y otras mentalidades hace que se nos abra la mente y comencemos a darnos cuenta de que no siempre nuestras costumbres e ideologías son las mejores o las únicas.

Todos hemos sido una gran familia, desde los monitores hasta los participantes hemos formado un lazo tan fuerte que todavía ahora me asombro de lo mucho que echo de menos a esas personas a las que tan solo conozco de una semana. Una semana intensa, una semana llena de emociones y de crecimiento personal y grupal, por supuesto. Son miles las historias y anécdotas que recordaré siempre, miles las risas que llevaré siempre conmigo y por supuesto las amistades que hemos comenzado y pretendemos continuar durante mucho tiempo.

En definitiva, no se me da muy bien esto de convencer a la gente para que haga algo… pero sinceramente os animo a que tan solo lo probéis, que viváis y disfrutéis de la maravillosa experiencia que se os brinda, porque no es algo que pueda explicar con palabras, simplemente hay que vivirlo. Ha sido una de las mejores semanas de mi vida, muchísimas gracias por la oportunidad.

¡Espero que os animéis y lo disfrutéis tanto como lo hice yo!